El feminismo busca, fundamentalmente, la igualdad de oportunidades entre sexos y géneros. Para que se dé esta igualdad de oportunidades de manera real, sin embargo, resulta indispensable tener la libertad de elegir entre las distintas opciones y situaciones que se nos presentan a lo largo de nuestra vida.
Con el impulso del movimiento, hay mucha gente que directamente asume como libre cualquier elección, independientemente de su contexto, achacando que "lo ha elegido voluntariamente". Sin embargo, no siempre es así, especialmente cuando se trata de mujeres y de sus decisiones, pues son las que más sufren la presión social y suelen amoldarse a lo que se espera de ellas.