martes, 12 de mayo de 2015

Sexo, género e identidad - Bases teóricas

¡Hola a todos! Volvemos con una entrada más, ya más en la línea de lo que tenía en mente cuando pensé en abrir este blog. Mi intención siempre ha sido hablar al público general, a aquellos que oyen palabras como "género", "trans-", "normatividad", etc., y se preguntan en qué momento dejaron de entender el español.

Hoy me gustaría sentar las bases para futuras expansiones, por lo que quizá os avasalle con una ristra de teorías, nombres y datos que a los menos puestos en estos temas les pueden chirriar. Procuraré explicarme con claridad, pues estas bases son importantes para comprender tanto futuros posts como el mundo en que vivimos.

Quisiera, también, disculparme por adelantado con aquellas personas que puedan considerar este artículo inexacto u ofensivo en lo que respecta a identidades de género o sexuales. He procurado mantenerme lo más respetuoso posible, dentro del marco necesario para explicar y tratar estos conceptos y situaciones, pero estoy totalmente abierto a sugerencias y correcciones que faciliten la comprensión y mejoren la veracidad de lo que expongo.

Empecemos pues definiendo los conceptos que nos ocupan:
Sexo: Características físicas diferenciales que nos identifican como integrantes de la especie humana. El sexo es una categoría biomédica, no diferente de otras como el grupo sanguíneo, que únicamente tiene relevancia a la hora de comprender cómo funciona nuestro cuerpo: qué tipo de enfermedades es posible sufrir, qué elementos se poseen, qué sustancias se generan y en qué cantidad, qué gametos se producen...
Género: Construcción socio-cultural que hace referencia a los comportamientos, roles, atributos y actividades que la sociedad considera "adecuados" en un individuo según su sexo. Esta consideración genera estereotipos y expectativas prefijadas alrededor de todas las personas que conforman dicha sociedad.






Vemos que, mientras que el sexo es una característica meramente biológica, arbitrariamente establecida en el momento de la concepción, el género es algo mucho más complejo, que se establece en base a los ideales y actividades que las sociedades esperan que sus miembros defiendan y realicen. Así, como paralelismo a los dos sexos, macho y hembra, surgieron los dos géneros más conocidos y extendidos, hombre y mujer, respectivamente, haciendo que estos dos términos se hayan "fusionado" en uno sólo cuando no podrían ser conceptos más diferentes.

Esta visión dualista (binaria), continuada tradicionalmente a lo largo de la historia, es la responsable de muchos de los prejuicios y problemas que se viven en nuestra sociedad hoy, en el siglo XXI. Sin embargo, ni en el sexo existe una dualidad total (existe la intersexualidad) ni en el género hay una división estanca (existen géneros no binarios). Nos encontramos, entonces, ante un amplio abanico de posibilidades intermedias que, por tradición y desconocimiento, han sido empujadas hacia los extremos (hombre y mujer) y/o invisibilizadas.

De esta manera, la psicología y la sociología, desde principios del siglo XX han acompañado estos términos con un tercero: la identidad. Este concepto hace referencia a qué y quiénes somos como personas, individualmente, en los múltiples aspectos que tiene la conducta y la existencia humana.
Identidad: Dicho de una persona, es la concepción y la expresión de su propia individualidad, la de otros y su afiliación a distintos grupos (nacionalidad, religión, lengua...)
Esta identidad se construye, valga la redundancia, a través de procesos de identificación, es decir, asumiendo como propios ciertos valores, comportamientos, ideas, actividades... que nos conforman como individuos. Las fuentes de las que tomamos estos valores, comportamientos, etc., se llaman referentes de identidad, y pueden ser tan variados como aquello con que nos sentimos identificados.

Debido a la multitud de dimensiones que conforman la personalidad, cada individuo posee más de una identidad. Así, nos encontramos con la identidad religiosa, política, lingüística, cultural, de género, sexual...

  Cada persona tiene múltiples identidades en las muchas facetas de su vida

De acuerdo con la mayor parte de teorías y estudios sobre la identidad, no se trata de un elemento estático e inamovible, si no que es dinámico: puede cambiar a lo largo del tiempo de acuerdo con nuestras experiencias, nuestros objetivos y otros factores. Este proceso de creación y evolución de la identidad se lleva a cabo a través de cuatro pasos:

Gráfico relacional del proceso de creación y evolución de la identidad
Dominio: Hace referencia al grado de uso de determinadas herramientas o pautas culturales. Por ejemplo, el dominio de pautas culturales asignadas al género, como saber cocinar, cuidar a los hijos, practicar deporte, desarrollar una actividad laboral fuera del hogar...
El dominio nos lleva a interiorizar cómo debemos actuar según nos identifiquemos con un género, grupo social, culto religioso... con base en la frecuencia de observación de dichas pautas. Así, si nos identificamos como mujer y vemos que las mujeres en nuestro ambiente lavan y cocinan a diario pero nunca practican deporte, asumiremos que nuestra tarea consiste en lavar y cocinar, olvidando la práctica deportiva.

De aquí se extrae la importancia de servir de ejemplo para aquellas personas que aun no se han formado una identidad completa, como niños y jóvenes. Es necesario ofrecer modelos adecuados, justos y equilibrados para que cuenten con una base segura a la que recurrir una vez su identidad esté asentada.
Apropiación: Hace referencia al proceso por el cual el individuo toma elementos pertenecientes a otros individuos o culturas y los convierte en propios. Este proceso crea nuevas formas de interpretar la realidad, pues contamos con nuevas opciones, nuevos recursos para enfrentarnos a las distintas situaciones.
Por ejemplo, una mujer árabe que adopta el estilo de vestir occidental, además del suyo habitual, está convirtiendo en propia la pauta cultural de la indumentaria, lo que le proporciona una nueva serie de opciones en su realidad personal.
Privilegiación: Este concepto se refiere al hecho de que una herramienta o pauta cultural se considere más adecuada que otra en un determinado contexto. El acto de privilegiar implica convertir una conducta o un comportamiento en preferente o más adecuado sobre otros en la misma situación.
Así, se puede utilizar tanto para reforzar modelos ya existentes como para romper con estos modelos proponiendo otros: Se puede reforzar la indumentaria "por sexos" privilegiando determinadas prendas en hembras, como faldas o vestidos, y otras en varones, como pantalones o corbatas; mientras que se pueden proponer nuevos modelos privilegiando que la hembra desempeñe labores remuneradas fuera de casa, por ejemplo.
Reintegración: Es el proceso por el cual trasladamos herramientas o pautas culturales válidas en un contexto determinado a otro. Así, estamos dando nuevas dimensiones a dichas herramientas o pautas, generando una evolución, creando una nueva forma cultural y readaptando los modelos anteriores. La generalidad de estos cambios deriva en la evolución de la sociedad.
Así, los ejemplos a los que he ido haciendo referencia han sido reintegrados en nuestra cultura a lo largo de su historia, derivando en cambios sociales y nuevos modelos de vida en muchos ámbitos, como el género, la religión o las convenciones sociales. No son las mismas las expectativas que se tienen ahora de un hombre que hace cincuenta años que hace cien, ni la forma de vivir la religión es la misma hoy que hace varios siglos, por ejemplo.

Hoy en día disfrutamos de los beneficios de haber privilegiado y posteriormente reintegrado ciertos comportamientos y pautas, a la par que seguimos inmersos en el proceso de privilegiación de otros. No es tarea sencilla, ni cosa de unos pocos días. La generación de nuestros abuelos es muy diferente a la de nuestros padres, al igual que nuestra generación lo es con respecto a ellos. Quizá nosotros no lleguemos a disfrutar de aquello que intentamos reintegrar, pero será una evolución que nuestros hijos o nietos podrán vivir.

Visto este proceso de asimilación y evolución, entendemos que la identidad de género supone asimilar y reintegrar pautas de género establecidas.

Es un proceso permanente de intercambio entre individuo y sociedad. Así pues, existen muy diversos niveles de integración subjetiva de los mandatos de género, desde las identidades de género fuertemente arraigadas y tradicionales hasta los sujetos que pretenden romper con las pautas establecidas para expresar su identidad personal.

La flexibilidad de la sociedad permite la expresión de esta identidad personal, a la vez que el deseo de expresar dicha identidad favorece la flexibilización de la sociedad ante dichas identidades, en ese proceso circular que se da entre privilegiación y reintegración.

Entendido esto, llega el momento de aclarar lo que para muchos puede parecer evidente:
No existe relación intrínseca entre identidad de género, identidad sexual y orientación sexual.
Existen multitud de mitos falaces alrededor de la relación entre estas identidades y las preferencias sexuales, como que los homosexuales "quieren ser/son como mujeres", que las lesbianas "quieren ser/son como hombres", que una mujer transgénero es "un hombre homosexual" y otras muchas confusiones que no podrían estar más lejos de la realidad y que procederé a desenredar lo mejor que sepa.

Dentro de la identidad de género, se distingue entre cisgénero y transgénero. Esto es:
Cisgénero: Persona cuya identidad de género se corresponde con la que se espera acorde a su sexo.
Transgénero: Persona cuya identidad de género no se corresponde con la que se espera acorde a su sexo.
Es decir, que existen personas cuyo comportamiento, deseos, aspiraciones, valores... se corresponden con los establecidos en la unión varón-hombre o hembra-mujer y existen personas que no sienten esa identificación, ya sea porque se encuentran en algún punto intermedio del espectro de género o porque se identifican con el género opuesto al habitualmente establecido.

Así, se denomina hombre transgénero a aquel hombre que se identifica como tal pero cuyo sexo no se corresponde con dicha identificación. De igual forma, se denomina mujer transgénero a aquella mujer que se identifica como tal pero cuyo sexo no se corresponde con el que, tradicionalmente, se asocia a la identificación de mujer. La terminología "X en cuerpo de Y", "cuerpo equivocado", "Y que se siente X" y demás variaciones está muy mal considerada dentro del colectivo, pues tiene unas implicaciones negativas que no se corresponden en muchos casos con la realidad. Una mujer transgénero es tan mujer como cualquier otra, aunque su sexo no se corresponda con el tradicionalmente asociado. (E igual para los hombres transgénero, por supuesto.)

Las personas transgénero pueden, o no, desear someterse a un tratamiento de reasignación de sexo. Someterse a este tratamiento, como a muchos otros tratamientos actuales, es una decisión personal que estas personas pueden tomar para sentirse mejor consigo mismas y con su cuerpo.

Dentro de la identidad sexual, se distingue entre cisexual y transexual. Esto es:
Transexual: Persona que desea vivir y ser aceptada como un miembro más del sexo opuesto y que desea someterse a tratamientos (quirúrjicos y/u hormonales) para que su cuerpo sea lo más congruente posible con su propia identidad y el sexo deseado. Estas personas a menudo experimentan malestar respecto a su sexo de nacimiento, llamado disforia de género.
Cisexual: Persona que no se identifica como transexual.
Hay que remarcar que estas identificaciones no son "fases", si no que son características psicológicas intrínsecas a la persona y que no determinan, en ningún caso, otros elementos como su carácter, su inteligencia o su validez como personas. 

Por otro lado, las orientaciones sexuales no son más que preferencias acerca de con qué personas mantener relaciones de índole sexual. Estas preferencias también son características propias de la persona, como tener pecas o el color de ojos, no una elección arbitraria del individuo.

Me pararía a comentarlas todas, como vengo haciendo a lo largo de este texto, pero existen bastantes, y me temo que me alargaría más allá de lo que pretendo. Sin embargo, tanto para leer sobre orientaciones sexuales como para aprender sobre otros términos habituales o relacionados con sexo, género, orientación sexual, sexualidad, las personas que lo viven, etcétera, os recomiendo mucho esta Lista comprensiva de términos (en inglés), así como este otro artículo sobre la influencia del cissexismo en los gustos y la sexualidad, en español, escrito por @WordsForIcarus


Vemos, entonces, la contraposición entre las identidades tradicionalmente arraigadas en la sociedad y las identidades que buscan hacerse un hueco en ella. Debido a factores culturales, religiosos y sociales fuertemente arraigados existen o han existido multitud de prejuicios y mitos en torno a las identidades y expresiones no normativas, aquellas que rompen con lo tradicional.

Existen multitud de asociaciones y movimientos socioculturales que buscan la integración y la normalización de aquellos individuos cuya identidad no se corresponde con la establecida socialmente. Dado que la normalidad es un constructo social tradicional, estos movimientos defienden la integración y la inclusión a través de una educación libre de prejuicios y estereotipos basada en el respeto a las personas y su diversidad.


Fuentes consultadas y referenciadas a lo largo de este artículo

Colás Bravo (2007). La construcción de la identidad de género: Enfoques teóricos para fundamentar la investigación de intervención educativa. Recuperado de AQUÍ

Durán Salazar (2014). Teorías sobre identidad de género. Recuperado de AQUÍ

Flecha García. La educación de las mujeres: nuevas perspectivas. Recuperado de AQUÍ

Pérez, E (2006). Sexos, géneros y otras especies: diferencias sin desigualdades. En Lara, C. El segundo escalón. Desequilibrios de género en ciencia y tecnología.

Gender Wiki - Cisgender


It's pronounced metrosexual - Comprehensive list of LGTBQ term definitions

2 comentarios:

  1. Me alegra que alguien explique este tipo de cosas de una forma sencilla, pero a la vez... me da lástima la necesidad que tiene el ser humano de poner etiquetas a todo. Es esa necesidad de poner etiquetas (que comenzó con hombre-mujer y ahora vemos que no todo encaja y nos vemos obligado a hacer más y más distinciones) la que creo que ha originado que ciertos colectivos se hayan visto marginalizados.

    Es nuestro cerebro simiesco el que necesita clasificar cosas y lo que no encaja en ello lo señalamos y decimos "Meeeec ERROR" y lo señalamos y ridiculizamos.

    Ojalá un día no haga falta poner nombres, porque nos daremos cuenta de que todos somos personas igualmente y merecemos el mismo respeto, y lo que cada uno se considere es algo personal que ni siquiera tendrá importancia.

    Mientras ese día llega, aquí está este post para abrir mentes y redescubrir realidades que la gran mayoría tiene confusas. Gracias, Daru.

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  2. La verdad es que siempre he estado muy confusa a cerca de todos estos términos, este post ha sido de gran ayuda para enterder y diferenciar conceptos, gracias y ánimo con todo esto

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